Pedir por la Iglesia

La Iglesia hoy atraviesa por una situación de crisis, a causa de muchas circustancias, la iglesia de hoy con seguridad no es la que Cristo quiere para nosotros, por tanto y ad portas de la elección de un nuevo Pontifice, pidamos a María que medie para que cedan a sus intereses mundanos en la elección del mismo y que eligan al mas capacitado para sacar la iglesia de la crisis que hoy vive,  para que sea el que  le de un nuevo rumbo acorde con los tiempos que se viven.

 

Pidamos al Espiritu Santo que se manifiesta allí y que sea Él quien elija.

 

 

Fortalecidos en María

Al revisar el Nuevo Testamento, vemos en María una mujer fuerte, que no se arredro frente a la gran resposabilidad que implicaba ser la madre de Cristo, en una sociedad como la de aquella época, donde una mujer embarazada sin casarse era repudiada, pero ella confío en Dios, en sus designios y se fortaleció en Él, se abandonó en Él. Vino la persecusión de Herodes, la profecía de Simeón,  Pilatos, el calvario, la cruxificción, la muerte de Cristo, su hijo, lo único que tenía en la tierra, pero la vemos a ella fuerte, no porque no le doliera, no porque no sintiera angustia, sino porque su fuerza, su tranquilidad, su serenidad estaban puestas en Él, vienen de Él,  no necesito mas, el que todo lo puede estaba con ella, porque ella se abandonó en Él.

 

Pidamos a María que nos ayude a tener esa fortaleza espiritual de ella, que nos ayude a abandonarnos en Él y partir de este abandono obtener la serenidad, la tranquilidad, el valor que solo así se pueden obtener.

 

Santa María, se tu nuestra fuerza oh ancla poderosa, se tu el escudo y la defensa de nuestro debil corazón.

Madre del Buen Consejo

Madre del Buen Consejo dirige tu maternal mirada sobre nosotros. Deseamos imitarte y seguirte para aprender a tratar y amar a Jesús, Señor de nuestra existencia.
El será nuestro tesoro, que mostraremos con gozo a la humanidad. Por eso te necesitamos: “Ven con nosotros”, guíanos, Tú, Madre del Buen Consejo y acompáñanos en la búsqueda de aquello que Tu Hijo ha pensado hoy para cada uno de nosotros.

Preséntanos a Jesús, enséñanos a escucharle y a servirle donde Él nos necesite. Recuérdanos el consejo que diste en las bodas de Caná: “Haced lo que Él os diga”.

Por eso Madre sé tú:
• La inspiración de nuestros pensamientos
• La guía de nuestros pasos
• La maestra de nuestra disponibilidad.
• La Madre y consejera de nuestra perseverancia.

 

Nuestra Señora de la Ofrenda

Nuestra amada madre presentó, tal y como era la tradición judía, a su hijo en el templo a Dios,  Ella la madre de Dios, se humilla ante Él y presenta a su hijo, para pedir a Dios por Él, y por Ella en Él, Ella, la llena de gracia, reconoce que necesita de Dios para cumplir su misión y que su Hijo necesita del Padre para cumplir la suya, que gesto de humildad, de entrega y de abandono en Él, pidamos a nuestra Madre amada que estos gestos sean también los nuestros, abandonandonos  en Él, todo es mas fácil, las dificultades se diluyen, somos más fuertes, somos más humanos, somos más parecidos a Él.

Visita al Santísimo

Te invito hoy para que consideres visitar a Nuestro Señor Jesucrito en el Santísimo Sacramento, Él por su infinita misericordia y amor a nosotros quiso quedarse oculto bajo la apariencia del pan, nadie mas nos ha amado tanto,  nuestra amada madre, María,  se encuentra muy especialmente cerca de todos los sagrarios del mundo, por que? Porque su vida, desde el momento de la anunciación fue una completa adoración a Jesús, lo adoro antes de concebirlo, en su vientre, en su niñez y juventud y en el momento de su muerte, y los sigue adorando alli donde Él habita, en todos los sagrarios del mundo, hagamos compañia a Maria en este misterio de adoración y sintamos su compañía adorandolo a Él en Ella y a Ella en Él.

 

Ten muy en estima esta visita al Santísimo, ofrece tu visita por todos aquellos que no la hacen, en reparacion por los agravios que a Jesús se han hecho en los sagrarios, en sufragio de las almas del purgatorio, como compañía a María presente en todos los altares, demuestra así tu amor a Él que te ama tanto, ámalo tanto como Él a tí;  tenla en mucha estima y me cuentas.

 

María, Madre de la adoración te bendiga.

María, jardinera de las almas

Este título para nuestra Señora, me ha llamado mucho la atención, por el significado del mismo, un jardinero vive y muere por su jardín, conoce cada una de sus plantas y podríamos decir que sabe de las necesidades de cada una, las poda para que crezcan mas, las riega, las abona, las transplanta, les quita la maleza que crece a su alrededor, les habla y vermifuga las plagas que puedan aparecer.  A partir de lo anterior entonces podemos entonces pedir a nuestra Madre del cielo, que sea la jardinera de nuestra alma, que nos ayude a crecer espiritualmente, que nos riegue con la sangre de Cristo, que nos fortifique, que nos proteja de todos los males, que nos ayude a crecer en todos los aspectos.



Madre del Amor Hermoso, bendicenos. Amen

María, Reina de los confesores

Al invocar a María como Reina de los confesores, podemos creer que es de los sacerdotes quienes nos ofrecen el sacramento de la confesión,  pero ella no se refiere a ellos, aunque sin duda los ama mucho, sino que se refiere a todos aquellos que confiesan la religión cristiana, quienes confiesan que Cristo es el Señor hijo de Dios, sobre el que toda rodilla se dobla. Aquellos que con sus obras confiesan el amor al prójimo y en ellos a Cristo, quienes aman a su Santisima Madre, quienes buscan ser los mas parecidos a Ella, para llegar hasta Él.

 

Pidamos a María que nos ayude a llevar una vida como la que ella llevó, para de esta manera confesar que somos cristianos a los demas , que nos gloriamos de profesar nuestra Fé, y que alabando a María lo alabamos a Él.

 

“Bueno es confesar al Señor y alabar su nombre” (Sal. 92,2).

 

 

 

 

Madre Divina, ayudanos a nuestra confesión de amor y de fé. Amen